¿Cuánto cuesta una web que ayude a mi negocio?

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Cuando conozco a un potencial cliente suelo escuchar la misma pregunta: Miguel, ¿cuánto cuesta una web? O ¿Cuánto me cobrarías por una web sencillita, así con lo básico?

Lo entiendo. Es completamente lógico preocuparse por el dinero, en especial si el negocio está empezando o está atravesando una época de vacas flacas.

Me gustaría responderte con una cifra exacta, de verdad. Pero no puedo. Y, si lo hiciera, te estaría engañando. ¿Por qué?

¿Qué es un sitio web que merezca la pena?

Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de contratar un servicio de diseño web es cuál es el objetivo que tienes.

Generalmente será vender, trabajar tu marca o informar de algo.

Y sólo merecerá la pena aquel sitio que cumpla con el objetivo que te hayas propuesto. Tienes que tener en cuenta que más que algo para fardar o «para estar en Internet»…

Una web es una potente herramienta clave en una estrategia de marketing, comunicación y ventas.

Siempre debe haber un cometido. Y, si tienes un negocio, este debe estar orientado a conseguir buenos clientes.

Ergo, si es tu caso, un sitio web merece la pena si y solo si es capaz de atraer tráfico de calidad (personas interesadas en lo que ofreces) y transformarlas en clientes.

Vale Miguel. ¿Y cuánto cuesta eso?

Bueno, depende.

No quiero parecer gallego (que lo soy. A medias), pero es que es lo que te puedo resumir de bote pronto.

Sólo te puedo decir que huyas de los precios bajos, por debajo de los 500€. A no ser que te los cobre un buen diseñador que esté empezando como autónomo, lo más seguro es que sea un gasto a fondo perdido.

Y de lo que se trata es que una web sea una inversión que genere un beneficio económico.

Simplificando, el precio de una web depende de:

Las funciones que ofrezca

Como bien sabes, hay muchos tipos de web en función de las prestaciones que tenga.

  1. Webs de contenido estático. Contienen una serie de páginas que ofrecen una información constante que se modifica muy poco. Son las más económicas, pero suelen ser las que menos resultados ofrecen.
  2. Con blog. Aparte de las páginas estáticas, contienen un blog en el que publicar información de manera periódica. Con una buena estrategia SEO y de contenidos, contribuirá a que tu web sea un potente imán de buenos clientes. Será más cara que una de contenido estático, pero también dará muchos más ingresos.
  3. Tienda online. Si vendes productos o servicios productizados, el comercio electrónico es tu mayor aliado. Y gracias a los potentes plugins que ofrece WordPress y la multitud de pasarelas de pago que existen, puedes tener tu propia tienda online en poco tiempo.
  4. Que permitan acceder a contenido protegido. Es lo que se llama sitio de membresía (si no los conoces, en Lifestyle al cuadrado tienes un maravilloso artículo sobre sitios de membresía). Permiten acceder a descargas, páginas ocultas o cursos online. A usuarios que se hayan registrado gratis o pagando.
  5. Multilingüismo. Si tienes un negocio con clientes que hablen distintas lenguas, necesitarás que esté disponible en todas ellas.
  6. Interactivas. El usuario puede interactuar contigo o con otros usuarios a través de foros, chats, sistemas de soporte…

La tecnología empleada

Hay muchas maneras de construir una web. Y según el método utilizado, costará más barata o más cara.

  • CMS. Como Joomla!, Drupal o WordPress. Yo trabajo con este último debido a su sencillez, versatilidad y robustez. Esto permite ahorrar tiempo y dinero, en especial en el mantenimiento.
  • Construida desde cero. Programada por un desarrollador que empieza con un archivo en blanco. Es artesanía digital en estado puro y, por supuesto, lo más caro que existe.
  • Construida desde cero con un framework. Similar al caso anterior, pero con ayuda de herramientas que implementan bastantes funcionalidades desarrolladas por terceros. Más económico, pero aún así más caro que usando un CMS.

Por otro lado, dentro del diseño web en WordPress hay más elementos de tecnología que cuentan en el precio:

  • Plugins. Hay que comprarlos, instalarlos y configurarlos.
  • Optimización de la carga. Para que la carga se haga más rápido. Puede parecerte algo banal, pero tiene mucha importancia. Mi colega Raúl te lo explica muy bieen en su artículo sobre cómo afectan los tiempos de carga a tus visitas.
  • El tema. Para que una web sea de calidad, debe tener un tema que ofrezca las funcionalidades necesitadas y sea ligero. Por supuesto, habrá que comprarlo, instalarlo y configurarlo.

El nivel de marketing que incorpore

Ya te lo he dicho antes, esta una herramienta vital en una estrategia de marketing.

En función de lo complementada que esté con otras herramientas o técnicas de marketing, cuánto cuesta una web cambiará notablemente.

Algunas de las técnicas más comunes son:

  • Copywriting. Textos persuasivos, que tienen el objetivo de hacer que el visitante se transforme en un prospecto (lead en inglés) o, directamente, en un cliente.
  • Estrategia de contenidos. Una buena web tiene que traer bajo el brazo una buena estrategia de contenidos que le permita llegar al tipo de cliente al que quiere llegar el negocio al que represente.
  • Embudo de ventas. Es un elaborado proceso mediante el que un visitante se transforma en lead y, poco a poco, en cliente.

El hosting

La web necesita un dominio y un hosting para funcionar. Y, ojo, no vale cualquier servicio barato.

Otros servicios

Me he encontrado muchos casos en los que, aparte de la web, hacen falta servicios adicionales como el diseño gráfico, estrategia de marca, de marketing…

Que va aparte, claro.

¿Cuánto cuesta una web que merezca la pena… Aproximadamente?

¡GENIAL!, ¡con el aproximadamente me ahorro el «depende»!

De manera orientativa, un diseño en WordPress puede costar:

  • Web estática. Desde 500€.
  • Web con blog, con estrategia SEO y de contenidos. Desde 1.000€.
  • Que sea multilingüe. Desde 1.000€.
  • Que tenga una tienda online. Desde 1.600€.

¿No puedes ofrecer un precio cerrado?

No. Lo máximo que puedo aportar son los «desde». Como ves, esto es como comprar un coche.

Primero necesitas ver cuál es el propósito de la web. Saber qué es lo que hace que merezca la pena invertir en ella.

Después, en función de las características que quieras (sitio estático, con blog, con tienda online…), el precio irá variando. Como cuando compras un coche que tenga ciertos complementos.

Como complementos también cuentan los plugins, la optimización de la carga o los sistemas de seguridad (¡ups! Estos me los he comido antes). Aparte de las técnicas de marketing que se implementen para hacer que la inversión dé mejores resultados.

Espero que con este artículo te hayas hecho una idea acerca de cuánto cuesta una web… O al menos de lo que hace que su precio varíe.

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